Tipos de dorsalgia y cómo tratar su dolor

Si hablamos únicamente de problemas de salud crónicos, el dolor de espalda es el principal en España. Se estima que al menos entre 6 y 8 de cada 10 personas lo experimentan en alguna ocasión durante su vida y que casi el 15 % de la población acude al médico cada año por sufrir una molestia relacionada.

Este dolor puede localizarse en cualquier punto de la espalda, por lo que se clasifica en dolor cervical, dorsal y lumbar. De todos ellos, el menos habitual es el dorsal, porque es la zona más rígida de la columna vertebral, pero sí es frecuente que este venga acompañado en otras zonas, como el cuello o la parte baja de la espalda.

De los tipos de dorsalgia, de las razones por las que se puede producir y de las formas de tratar estas molestias vamos a hablarte hoy en el blog de ‘OpiniónMédicaOnline.com’.

¿Qué es la dorsalgia?

Es una condición médica que hace referencia al dolor en la región dorsal de la espalda. Esta se sitúa en la zona media de la columna vertebral, abarcando un total de 12 vértebras que se encuentran detrás del pecho y que recogen las costillas. En consecuencia, hablamos de una región del cuerpo que es vital para el soporte del organismo y para la protección de muchos de sus órganos imprescindibles, como el corazón, los pulmones o el hígado.

Por lo tanto, la columna dorsal estabiliza la parte superior del cuerpo y protege la médula espinal. Esto hace de ella que sea más sólida y rígida, y que tenga menos movilidad que la región cervical y la lumbar. De hecho, está plagada de músculos y ligamentos que refuerzan su estructura y que le confieren tanto su capacidad de movimiento como su estabilidad, por lo que los dolores o molestias que la afectan pueden provenir de estos.

Tipos de dorsalgia

Podemos clasificar la dorsalgia de diferentes formas según las características y origen del problema. Por un lado, tenemos:

  • Dorsalgia estructural, caracterizada por cierta rigidez en el área dorsal. Se subdivide a su vez en dorsalgia estructural rígida (afecta comúnmente a personas mayores y con artrosis) y dorsalgia estructural flexible (se da en personas con poca curvatura o que presentan problemas en sus ligamentos y músculos).
  • Dorsalgia funcional, que puede ser mecánica (el dolor aparece cuando el paciente se mueve) o inflamatoria (el dolor es habitual al acabar el día, cuando el paciente reposa o descansa).

Por otro lado, los tipos de dorsalgia también se pueden clasificar en función del dolor y su duración. Así, en los casos de dolor de aparición repentina, de gran intensidad y de duración breve, hablamos de dorsalgia aguda (irradiado, de origen vertebral por aplastamiento traumático o de origen discal); mientras que en los casos de dolor prolongado en el tiempo, de más de tres meses, hablamos de dorsalgia crónica (por hernia discal, por aplastamiento no traumático vertebral, por un tumor o de tipo inflamatorio).

Y si hacemos la clasificación en función de los posibles orígenes del problema, los tipos de dorsalgia se amplían, porque entre otras causas, encontramos:

  • Dorsalgia mecánica, por problemas o lesiones en la estructura de la columna vertebral.
  • Dorsalgia muscular, originada por los músculos dorsales.
  • Dorsalgia postural, por malas posturas sostenidas a lo largo del tiempo.
  • Dorsalgia por hernia discal, por el desgaste de los discos intervertebrales o la aparición de una hernia.
  • Dorsalgia radicular, por compresión de los nervios de la columna vertebral.
  • Dorsalgia traumática, por un accidente, golpe o lesión en la zona.
  • Dorsalgia psicológica o emocional, provocada por tensión muscular a raíz de emociones negativas.

Síntomas de la dorsalgia

Como ya hemos adelantado, la dorsalgia abarca dolor y molestias en la región de la espalda que va desde los omóplatos (bajo la zona cervical) hasta el área lumbar. Es, por tanto, la zona más amplia de la espalda; y puede manifestarse a través de un dolor agudo y punzante en una parte muy localizada o como un dolor difuso que abarque toda la parte dorsal de la espalda.

De esta forma, si el dolor está presente en los dos laterales de la espalda se denomina dorsalgia bilateral; mientras que si solo se siente en uno de ellos puede ser dorsalgia derecha o izquierda.

Junto a los diferentes tipos de dolor que puede provocar esta condición, también pueden estar presentes otros síntomas, como rigidez y limitación de movimientos, espasmos musculares, ardor, hormigueo, entumecimiento o sensación de pinchazos, fatiga, percepción de puntos dolorosos en la región cuando se palpan o molestias durante la respiración forzada. En este sentido, es importante tener en cuenta que las manifestaciones de la dorsalgia vienen dadas por su origen, por lo que hay que acudir al especialista si estos se manifiestan durante varios días y afectan a la calidad de vida del paciente.

Dorsalgia y posibles tratamientos

¿Cuáles son las causas de los diferentes tipos de dorsalgia?

La dorsalgia puede presentarse por multitud de causas. Estas incluyen:

  • Adoptar malas posturas durante largos períodos de tiempo.
  • Estar sometido a un estrés continuado.
  • Problemas que afectan a la estructura de la columna vertebral, como fracturas vertebrales, hernias o procesos degenerativos.
  • Alteraciones en la alineación de la espalda, como escoliosis o cifosis.
  • Existencia de una enfermedad autoinmune, como artritis reumatoide o espondilitis anquilosante.
  • Problemas de origen muscular o ligamentoso, que causen el debilitamiento o contractura de los músculos dorsales.
  • Traumatismo en la zona por un golpe o caída.
  • Realización de sobreesfuerzos, como levantar objetos pesados o realizar movimientos repetitivos que afecten al área dorsal.
  • Sobrepeso o sedentarismo.

Tratamientos de la dorsalgia

En la consulta, el especialista realizará inicialmente una exploración física para evaluar el estado de la columna vertebral, de sus huesos, su musculatura y su movilidad. Además, podrá solicitar la realización de pruebas complementarias para un diagnóstico más preciso. Estas incluyen tanto la radiografía, para determinar el estado de los huesos y detectar si hay algún tipo de deformidad o patología en la columna; así como la resonancia magnética o TAC, si hay sospecha de un trastorno más grave, como la existencia de una fractura o una hernia discal.

De forma prioritaria, el tratamiento del problema buscará reducir y aliviar el dolor causado por la dorsalgia. En condiciones normales, el doctor pautará la ingesta o aplicación de antiinflamatorios, analgésicos y/o relajantes musculares; además de la realización de fisioterapia que incluya masajes, terapia de frío y calor, ultrasonidos y estimulación eléctrica transcutánea de los nervios (TENS). Y también puede incluir un tratamiento osteopático, encargado de la manipulación de las vértebras a través de movimientos manuales de alta velocidad y corta amplitud.

En cualquier caso, como se suele decir, es mejor prevenir que curar. Esta es la razón por la que, para evitar la aparición de molestias relacionadas con la dorsalgia, se recomiende para el día a día mantener una buena higiene postural, realizar ejercicio regular, tener una alimentación equilibrada, descansar correctamente sobre una cama adecuada, mantener el estrés a raya, levantar pesos de forma correcta, realizar ejercicios de fortalecimiento de la espalda o mantener un peso apropiado.

 

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