Cómo cuidar el pie diabético

La diabetes representa una de las enfermedades metabólicas más prevalentes en la actualidad, con múltiples implicaciones adversas para quienes la padecen. Entre estas complicaciones se destaca el pie diabético, una condición que, de no gestionarse adecuadamente, puede llevar a la amputación del pie.

¿Por qué se produce el pie diabético?

El pie diabético se desarrolla como consecuencia del daño a los vasos sanguíneos y nervios debido a niveles elevados de glucosa en sangre. Esta afectación reduce la sensibilidad y dificulta la cicatrización de heridas en los pies, aumentando el riesgo de úlceras y otras complicaciones.

Aunque algunos pacientes pueden no presentar síntomas, es crucial estar alerta a señales como pérdida de sensibilidad, dolor persistente, sensación de hormigueo, hinchazón, sequedad, y heridas que no sanan adecuadamente o se infectan.

La evolución del pie diabético puede ser grave si no se detectan a tiempo las lesiones, ya que la falta de sensibilidad puede llevar a que las heridas pasen desapercibidas y empeoren sin tratamiento. En casos severos, estas infecciones no controladas pueden requerir amputaciones para evitar complicaciones mayores e incluso salvar la vida del paciente.

Cómo vigilar el pie diabético

El manejo efectivo del pie diabético incluye un estricto control de los niveles de azúcar en sangre, visitas regulares al médico para inspección de los pies, y el monitoreo de factores como colesterol, triglicéridos, presión arterial, y el hábito tabáquico. La revisión diaria del pie es esencial para identificar cualquier cambio o anomalía que requiera atención médica inmediata.

Es fundamental que cualquier alteración en la piel, temperatura, sensibilidad o estructura del pie (incluidas lesiones cutáneas o uñas encarnadas) sea comunicada de inmediato al médico tratante, para intervenir oportunamente y prevenir complicaciones graves.

Consejos para cuidar el pie diabético

Además de las recomendaciones previas, es esencial seguir estas instrucciones para el cuidado del pie diabético:

Higiene de los pies

Los pies deben lavarse diariamente con agua tibia y jabón suave o neutro para no dañar la piel. Es importante secarlos completamente, prestando especial atención a los espacios entre los dedos. Después, se deben aplicar cremas o lociones hidratantes en las zonas secas, evitando el área entre los dedos para prevenir infecciones.

Cuidado de las uñas

Antes de cortar las uñas, se recomienda remojarlas en agua para ablandarlas. Las uñas deben cortarse de forma recta para evitar que se encarnen. Es fundamental asegurarse de que no ejerzan presión sobre otros dedos. Para uñas gruesas o con hongos, es preferible acudir al podólogo.

Callos y callosidades

Para eliminar callos o callosidades se puede utilizar una piedra pómez suavemente después del baño. Nunca se deben cortar ni aplicar productos químicos para eliminarlos; si son difíciles de manejar, debe hacerlo un podólogo.

Protección del pie en todo momento

Las personas con diabetes no deben caminar descalzas, especialmente en superficies calientes como el asfalto o la playa, para evitar quemaduras y heridas. Antes de ponerse los zapatos, es importante verificar que no haya objetos dentro que puedan dañar el pie.

Zapatos adecuados para diabéticos

Deben ser cómodos y adaptarse bien al pie, evitando que queden ajustados para prevenir rozaduras y úlceras.

Calcetines de protección

Se deben usar calcetines limpios, secos y sin costuras ni elásticos todos los días. Nunca se deben utilizar calcetines sintéticos o con costuras gruesas, ni ligas que compriman y comprometan la circulación. Es importante elevar los pies cuando se está sentado para mejorar el flujo sanguíneo.

Cuidados en condiciones especiales

El pie diabético puede pasar por diferentes condiciones que requieren evaluación médica, pero que también se manejan en casa. Algunas de estas condiciones son:

Pie de atleta

Secar adecuadamente el pie diabético es esencial para evitar infecciones por hongos. Se necesitan antimicóticos tópicos según indicación médica. Otros medicamentos serán indicados por el médico tratante.

Úlcera superficial

Mantener el pie lesionado en reposo absoluto durante 3-4 semanas. Limpieza diaria con suero fisiológico y aplicación de gasas humedecidas con soluciones médicas. Las úlceras deben ser revisadas por un profesional cada 2-3 días.

Úlcera profunda

Las úlceras profundas deben ser manejadas por un médico, quien dará las indicaciones pertinentes para cada caso.

Amputación por pie diabético

Si es necesaria la amputación, el manejo postoperatorio incluye reposo y cuidado de la herida según lo indicado por el médico. Puede ser necesario el uso de un zapato postoperatorio con suela antideslizante y sistema de cierre velcro, así como plantillas especiales para aliviar zonas de presión y proporcionar flexibilidad.

Las úlceras pueden ser recurrentes y variar en localización, por lo que es importante ajustar el tratamiento a medida que avanzan las fases de curación.

 

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