Las posturas inadecuadas al trabajar, estudiar o realizar actividades cotidianas no solo pueden causar dolor de espalda, sino que también pueden provocar deformidades en la columna vertebral. Una de las más comunes es la hipercifosis postural, sobre la que hablaremos a continuación.
¿Qué es la hipercifosis postural?
La hipercifosis postural se define por un aumento anormal de la curvatura en la columna dorsal, generalmente causado por malos hábitos posturales. Esta condición se ve frecuentemente en niños y adolescentes debido a la postura incorrecta al estudiar. Además, adultos con trabajos que requieren estar largas horas sentados o con posturas inadecuadas también pueden desarrollar hipercifosis postural.
La tecnología y el sedentarismo han incrementado estas situaciones, contribuyendo al desgaste de los discos intervertebrales y al desarrollo de la hipercifosis. En las personas mayores, con menor densidad ósea, los cuerpos vertebrales colapsan progresivamente, exacerbando la curva cifótica torácica.
Síntomas de la hipercifosis postural
Algunas personas pueden no experimentar síntomas más allá de la deformidad visible, mientras que otras pueden presentar:
- Dolor de espalda.
- Hombros caídos hacia adelante.
- Limitaciones en el movimiento, especialmente al girar el tronco, levantarse o subir escaleras.
- Problemas de coordinación.
- Mareos o vértigos.
- Alteraciones del sueño por incomodidad.
- Dolor, hormigueo y adormecimiento en cuello y extremidades.
- Espalda redondeada y pronunciada, conocida como joroba.
En casos avanzados, la hipercifosis puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y entumecimiento en brazos y piernas debido a la compresión de nervios y vasos sanguíneos en la región dorsal.
Consecuencias de la hipercifosis
Además de los síntomas, la hipercifosis puede llevar a:
- Alteraciones musculoesqueléticas, aumentando el riesgo de hernias discales o fracturas vertebrales debido a la compresión de los discos intervertebrales.
- Desequilibrios musculares que favorecen espasmos y contracturas musculares dorsales e interescapulares.
- Disminución de la autoestima, trastornos de imagen y depresión por la deformidad estética.
Tratamiento de la hipercifosis postural
El tratamiento principal para la hipercifosis postural incluye corregir las posturas inadecuadas y adoptar un enfoque terapéutico conservador con fisioterapia, ortesis correctivas y ejercicios específicos para la espalda, hombros y tronco. La corrección de los vicios posturales y el ejercicio adecuado, adaptado al paciente, suele ser suficiente para corregir la hipercifosis y prevenir o tratar los dolores asociados.
Estudios muestran que los adolescentes con cifosis entre 50 y 70 grados, tratados antes de la madurez esquelética, suelen tener éxito con ortesis, que guían el crecimiento de la columna.
En adultos, las espalderas pueden proporcionar soporte y alivio del dolor, pero no corrigen la curvatura. Se debe complementar con fisioterapia para fortalecer la espalda y los músculos abdominales, lo que reduce la presión sobre la columna y mejora la postura. Además, se prescriben ejercicios de estiramiento y actividades cardiovasculares para aliviar el dolor y la fatiga.
Prevención de la hipercifosis postural
Una buena higiene postural es clave para prevenir la hipercifosis. Aquí algunas recomendaciones:
- Prestar atención a la postura: Al estar de pie, equilibra el peso y evita encorvarte. Usa un soporte para alternar los pies y evita los tacones altos.
- Postura al sentarse: Escoge una silla con soporte lumbar y ajusta la altura para que los pies estén planos y los muslos paralelos al piso. No guardes objetos en el bolsillo trasero al sentarte.
- Levantar peso adecuadamente: Acerca el objeto al cuerpo, flexiona las rodillas y contrae el abdomen. Usa los músculos de las piernas y mantén la curva natural de la espalda.
- Modificar tareas repetitivas: Usa dispositivos de elevación y alterna tareas físicas con menos exigentes. Ajusta tu espacio de trabajo para mantener una postura correcta frente a la computadora y usa manos libres al teléfono.
- Escuchar a tu cuerpo: Cambia de posición con frecuencia, camina y estira suavemente para aliviar la tensión.
- Educar a los niños y adolescentes: Enseña buenos hábitos posturales en la escuela y fomenta la correcta ergonomía en sus actividades diarias y escolares.
Adoptar estos hábitos puede prevenir eficazmente la hipercifosis postural, asegurando una mejor salud y calidad de vida.
Los hábitos posturales desde la infancia son claves para evitar la hipercifosis postural
En resumen, la hipercifosis postural es una condición derivada de hábitos posturales inadecuados, afectando tanto a jóvenes como a adultos. Aunque muchas veces no presenta síntomas más allá de la deformidad visible, puede llevar a complicaciones significativas como dolor crónico, problemas respiratorios y disminución de la autoestima.
La prevención y el tratamiento de la hipercifosis se basan en la corrección de posturas incorrectas, el fortalecimiento muscular a través de la fisioterapia y el uso de ortesis correctivas.
Adoptar buenos hábitos posturales desde temprana edad y mantener una ergonomía adecuada en las actividades diarias son esenciales para evitar el desarrollo de esta afección y mejorar la calidad de vida.
Con un enfoque integral que combine prevención, tratamiento conservador y, en casos necesarios, intervenciones más directas, es posible manejar eficazmente la hipercifosis postural y sus síntomas asociados.
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