Lesiones de rodilla en la infancia: ¿cómo tratarlas?

Los niños pueden enfrentarse a diversos tipos de lesiones mientras juegan o practican deportes. Entre las áreas más susceptibles se encuentran las rodillas, que pueden lesionarse por traumatismos directos, sobrecarga o movimientos bruscos. Estas lesiones pueden ser particularmente preocupantes debido a la importancia de la rodilla en la movilidad y la estabilidad del cuerpo.

¿Por qué son habituales las lesiones de rodilla en los niños y jóvenes?

La rodilla es la articulación más grande y compleja del cuerpo humano, conectando el fémur con la tibia y la rótula. Su función principal es facilitar el movimiento de la pierna y soportar el peso del cuerpo durante actividades como correr, caminar y estar de pie. Esta articulación está compuesta por huesos, cartílagos, ligamentos, músculos y tendones, todos los cuales pueden lesionarse con relativa facilidad, especialmente en niños cuyas estructuras aún están en desarrollo.

En los niños, las lesiones musculares y ligamentosas son comunes debido a la inmadurez de estos elementos estructurales. Durante una época del año particularmente exigente como el verano, se observan diversas lesiones de rodilla, como esguinces, distensiones musculares, tendinitis, roturas de meniscos, luxaciones de la rótula, entre otras.

Estas lesiones pueden ocurrir por diferentes razones, incluyendo traumatismos directos, sobrecargas, torsiones y problemas congénitos.

Lesiones de rodilla más frecuentes en niños

  1. Esguince de rodilla: Ocurre cuando uno de los ligamentos de la rodilla se estira demasiado y se desgarra. Puede afectar a uno o varios ligamentos, causando dolor, inflamación y limitación del movimiento.
  2. Bursitis de la rodilla: Ocurre por inflamación de las bursas, que son bolsas de líquido cerca de la articulación de la rodilla. Estas bursas ayudan a reducir la fricción y amortiguar la presión entre los huesos y tendones.
  3. Distensión muscular: Los movimientos bruscos o traumas directos pueden ocasionar que uno de los músculos o tendones que se insertan en la rodilla se rompan o desgarren de forma parcial o completa, resultando en dolor y debilidad en la articulación.
  4. Tendinitis de rodilla: Si el niño realiza actividades de forma inadecuada o somete la articulación a una sobrecarga constante, puede irritarse o inflamarse uno de los tendones que se insertan en la rodilla. Esto puede causar dolor localizado y sensibilidad al tacto.
  5. Rotura de meniscos: Los meniscos, que son cartílagos situados entre el fémur y la tibia, pueden lesionarse debido a traumatismos o movimientos bruscos. Esta lesión puede causar dolor, hinchazón y dificultad para mover la rodilla.
  6. Luxación de la rótula: Ocurre cuando la rótula se sale de su lugar habitual. En algunos casos, esto puede suceder más de una vez, y podría ser necesaria la corrección quirúrgica para evitar futuros episodios. En el postoperatorio, el niño puede necesitar usar una rodillera pediátrica para mantener la rótula en su sitio.
  7. Enfermedad de Osgood-Schlatter: Afecta principalmente a adolescentes en etapa de crecimiento, y consiste en la inflamación del tendón que va de la rótula a la tibia debido al uso excesivo y repetitivo de la articulación.
  8. Osteocondritis disecante: Aunque su causa no está clara, se sospecha que los microtraumatismos pueden lesionar los pequeños vasos sanguíneos, dejando sin suministro de sangre a un fragmento de hueso, que puede morir y desprenderse.
  9. Fractura de rodilla: La rodilla se compone de tres huesos: el fémur, la tibia y la rótula. Cualquiera de estos puede romperse después de un traumatismo o movimiento brusco, causando dolor severo e incapacidad para mover la pierna.

Identificación de una lesión de rodilla en niños

Los signos y síntomas de las lesiones de rodilla en niños dependen de la estructura lesionada, pero en la mayoría de los casos provocan dolor que aumenta con el movimiento y mejora con el reposo. Además, puede escucharse o sentirse un crujido doloroso y observarse la rodilla inflamada o con moretones. Otros signos incluyen la rótula fuera de su sitio, desplazamiento fácil o bloqueo de la rodilla. Si su hijo presenta cualquiera de estos signos, es fundamental acudir al médico lo antes posible.

Pruebas diagnósticas

Para diagnosticar una lesión de rodilla, el médico primero interrogará sobre los síntomas y el motivo de la consulta, luego examinará la rodilla en busca de signos específicos. Dependiendo de los hallazgos, el traumatólogo infantil puede requerir radiografías, tomografías computadas, resonancias magnéticas, o en algunos casos, una artroscopia de rodilla para observar el interior de la articulación y determinar la lesión.

Tratamiento para lesiones de rodilla infantiles

El tratamiento depende de la causa de la lesión, pero generalmente incluye:

  • Antiinflamatorios: Ayudan a disminuir el dolor y la inflamación.
  • Frío local: Aplicar hielo envuelto en una toalla sobre la rodilla por 15-20 minutos cada hora para reducir el dolor y la inflamación.
  • Reposo: Es crucial para evitar agravar la lesión.
  • Compresión: Utilizar vendajes para evitar el exceso de movimiento.
  • Elevación de la rodilla: Elevar la pierna con almohadas para reducir la inflamación y el dolor.
  • Rodilleras ortopédicas pediátricas: Limitan el movimiento y estabilizan la rodilla durante la recuperación.
  • Fisioterapia: En algunos casos, es necesaria para recuperar la fuerza y movilidad.
  • Cirugía: Reservada para casos que no pueden manejarse de forma conservadora o cuando el tratamiento no ha resultado.

Prevención de lesiones de rodilla en los niños

Para prevenir estas lesiones, es fundamental:

  • Realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento: Antes y después de la actividad física.
  • Tener buena hidratación: El sol de verano es más fuerte, y la hidratación es clave.
  • Disfrutar de un descanso adecuado: Para evitar sobrecargas y permitir la recuperación.
  • Usar rodilleras protectoras: Para cuidar de la articulación.
  • Utilizar calzado adecuado: Los zapatos inadecuados pueden causar sobrecargas en la rodilla.
  • Tener un retorno gradual a actividades físicas: Después de una lesión, para evitar nuevas lesiones.

Conclusión

Las lesiones de rodilla en niños son frecuentes, especialmente en verano, debido a la mayor actividad física y la inmadurez de sus estructuras musculares y ligamentosas. Reconocer los síntomas temprano y buscar atención médica es esencial para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La prevención a través del uso de equipo protector, calzado adecuado, y prácticas de ejercicio seguro puede reducir significativamente el riesgo de estas lesiones. Mantener una buena hidratación y garantizar el descanso adecuado también son fundamentales para la salud de las rodillas de los niños.

 

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