La amenorrea se caracteriza por la falta de menstruación en mujeres en edad reproductiva. Aunque puede causar molestias, no se la considera una enfermedad propia, sino más bien un síntoma de otras afecciones de salud.
Tipos de amenorrea
Existen dos tipos principales de amenorrea que la medicina distingue claramente:
- Amenorrea primaria: Se presenta en adolescentes que no han comenzado la pubertad a los 14 años y no han tenido su primer ciclo menstrual, o en aquellas que, a los 16 años, han desarrollado características sexuales secundarias pero aún no han menstruado.
- Amenorrea secundaria: Afecta a mujeres que previamente han tenido ciclos menstruales regulares y de repente cesan de menstruar. Se diagnostica cuando la menstruación se ausenta por al menos tres meses o durante tres ciclos menstruales consecutivos.
Es crucial entender que la amenorrea prolongada solo se considera anormal si no es causada por embarazo, lactancia o menopausia, ya que estos son motivos naturales para la interrupción del ciclo menstrual.
¿Por qué puede producirse la amenorrea?
Las causas de la amenorrea son variadas e incluyen:
- Desequilibrios hormonales o endocrinos: Pueden ser resultado de una dieta inadecuada, estrés psicológico, o problemas en el hipotálamo o la glándula pituitaria. Condiciones como la anorexia, tumores pituitarios, hipotiroidismo o menopausia precoz pueden llevar a la ausencia de menstruación.
- Problemas físicos o genéticos: Comunes en la amenorrea primaria, pueden ser desde anomalías genéticas hasta la ausencia de órganos sexuales, cicatrices uterinas o quistes ováricos.
- Medicamentos con efectos secundarios: Algunos fármacos como anticonceptivos, DIUs hormonales, antidepresivos, y tratamientos de quimio o radioterapia pueden causar amenorrea secundaria.
Si la amenorrea persiste más de tres meses sin una razón evidente, se recomienda una evaluación ginecológica.
Síntomas más comunes de la amenorrea
La ausencia de menstruación es el signo más claro de la amenorrea, pero puede estar acompañada de otros indicadores como secreción mamaria anormal (galactorrea), osteoporosis, caída del cabello, cefaleas, alteraciones visuales, crecimiento de vello facial, acné, dolor pélvico, sequedad vaginal o un incremento de peso inesperado.
Cuando se consulta al médico por estos síntomas, se considera la edad de la paciente y se determina si la amenorrea es primaria o secundaria. El proceso diagnóstico incluye:
- Anamnesis: Se realizan pruebas para excluir embarazo o menopausia, se revisa la historia menstrual, se indaga sobre dolor o malestar y, en casos secundarios, se evalúa la regularidad de los ciclos previos. También se recopila un historial personal y familiar, así como el uso de medicamentos que podrían influir en la amenorrea.
- Examen físico: Permite inspeccionar los genitales y las gónadas, verificar la presencia de caracteres sexuales secundarios (en amenorrea primaria) o identificar síntomas de desequilibrios hormonales o endocrinos, como la galactorrea o el hiperandrogenismo.
Posibles tratamientos para la amenorrea
El tratamiento se enfoca en regularizar el ciclo menstrual y aliviar los síntomas asociados, logrando en la mayoría de los casos la resolución de la amenorrea. Sin embargo, hay situaciones en las que puede ser irreversible y conducir a infertilidad.
Es esencial buscar atención médica ante cualquier sospecha de amenorrea. Para prevenirla, se recomienda mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio moderado y una dieta balanceada. La obesidad, los trastornos alimenticios y la ansiedad pueden aumentar el riesgo de amenorrea, por lo que un equilibrio entre el bienestar físico y mental es clave para reducir las posibilidades de su aparición.
Si te ha gustado este artículo, quizá te interesen: