El cese de las funciones reproductivas en la mujer es un proceso progresivo y paulatino que normalmente se prolonga durante varios años. De hecho, es habitual que, antes de que cesen totalmente sus menstruaciones, la fémina experimente una etapa que se conoce como premenopausia.
El inicio de esta fase de su vida puede identificarse por la aparición de una serie de indicios físicos y psicológicos que alteran la vida de la afectada. Por eso, hoy en OpinionMedicaOnline.com queremos hablarte de la premenopausia y de sus síntomas físicos. ¡Sigue leyendo para no te perderte ni un solo detalle!
¿Qué es la premenopausia?
Tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), la menopausia se produce por el final de las menstruaciones de la mujer a raíz de la pérdida de la función folicular de sus ovarios. Aunque la regularidad y la duración de los ciclos menstruales suelen variar durante su vida reproductiva, lo habitual es que esta situación se dé entre los 45 y 55 años. De forma que podremos hablar de menopausia natural una vez que no se ha producido menstruación durante 12 meses consecutivos.
Sin embargo, el cuerpo tiende a prepararse y adaptarse paulatinamente a estos profundos cambios hormonales, por lo que antes de la llegada definitiva de la menopausia se suele experimentar una etapa más o menos larga (que puede iniciarse desde 10 años a solo unos meses antes) conocida como premenopausia. En ella, se detectan los primeros los primeros síntomas asociados a la menopausia.
De hecho, es conveniente aclarar las diferencias existentes con la perimenopausia, pues esta es una etapa más corta (normalmente, con una duración de 2 a 5 años) y justo anterior a la menopausia. El prefijo “pre” significa “antes de”, mientras que el prefijo “peri” equivale a “alrededor de”. Así que esta última fase se caracteriza por presentar unos síntomas más acentuados que la premenopausia, causados por cambios en los niveles hormonales (principalmente, del estrógeno y la progesterona), que provocan los primeros desajustes menstruales y que se extienden hasta un año después de que se produzca el último sangrado (menopausia).
¿Es lo mismo climaterio que premenopausia?
No. El climaterio engloba todas etapas que atraviesa la mujer en relación a la finalización de su capacidad fértil. Por lo tanto, incluye:
- La mencionada premenopausia, en la que se experimentan los primeros cambios que preparan el cuerpo para el cese de la menstruación.
- La perimenopausia, el período que puede prolongarse entre 2 y 5 años, en el que se producen alteraciones en los ciclos menstruales de la mujer y que llegan hasta 12 meses después de su última regla.
- La menopausia, el momento en el que los ovarios de la mujer dejan de liberar óvulos y, por tanto, su producción de estrógenos decae considerablemente. Se produce justo un año después de que se haya tenido la última menstruación. Habitualmente ocurre entre los 45 y los 55 años, siendo los 51 la edad media.
- La posmenopausia, es el período posterior a la menopausia. Este abarca el resto de la vida de la mujer, aunque sus síntomas específicos son más evidentes durante los primeros 10 años.
Por lo tanto, el climaterio suele durar entre una y dos décadas, en función de cómo se desarrollen cada una de las etapas en la mujer. Un período complejo, que engloba multitud de síntomas y procesos físicos diferentes, y que requiere de un seguimiento médico de la paciente para que pueda disfrutar de una buena calidad de vida.
Premenopausia y sus síntomas físicos más comunes
Cada mujer es única, por lo que los síntomas de la premenopausia varían entre una y otra. Lo habitual es que estos sean sutiles al principio y se manifiesten de forma más evidente en los años o meses previos a la última menstruación (etapa de perimenopausia). Pero, en líneas generales, podemos destacar las siguientes evidencias de su aparición:
- Alteraciones en los ciclos menstruales: estos tienden a acortarse o a alargarse por los cambios en la producción de hormonas.
- Cambios en el volumen de los sangrados: pueden ser más o menos abundantes de lo habitual.
- Trastornos del ánimo, incluyendo ansiedad, depresión e irritabilidad: se pueden producir de forma brusca, ya que la mujer tiende a sentirse emocionalmente hipersensible.
- Aparición de sofocos: son calores que aparecen de forma súbita y que suelen sentirse más intensos en la cara, en la zona del pecho y del cuello.
- Sudores nocturnos: están relacionados directamente con los sofocos, con la particularidad de que este síntoma puede presentarse durante la noche.
- Insomnio: la mujer en estado premenopáusico también puede experimentar problemas para dormir bien, con un sueño poco reparador o sensación de cansancio al día siguiente.
- Sequedad vaginal y de piel: los cambios hormonales causan alteraciones en las mucosas y piel, provocando una falta de hidratación por el descenso en la cantidad de estrógenos.
- Disminución de la libido y dificultades para el mantenimiento de relaciones sexuales: el deseo sexual puede disminuir, así como la calidad de los encuentros sexuales. Esto es debido a los cambios físicos que se producen en los genitales, ya que, además de la mencionada sequedad vaginal, la afectada puede notar irritación y picores.
- Incontinencia urinaria: el descenso en la producción de estrógenos también es la causa del debilitamiento muscular en el sistema urinario (vejiga y uretra).
- Incremento de peso y cambios en la figura: se producen cambios metabólicos que incluyen pérdida de masa muscular y dificultad para quemar las calorías. El estilo de vida y factores genéticos también pueden influir, teniendo las mujeres una especial tendencia a aumentar de peso en las zonas de alrededor del abdomen, las caderas y los muslos.
- Dolor e hinchazón de las mamas: las fluctuaciones hormonales provocan una retención de líquidos en los senos que hace que se sientan hinchados y tensos, de forma que la mujer puede experimentar dolor y sensibilidad.
¿Es posible quedarse embarazada durante la premenopausia?
Sí, durante la premenopausia y en la etapa previa a la menopausia (perimenopausia) todavía son posibles los embarazos, pero es importante tener en cuenta que las probabilidades descienden considerablemente respecto a los años más fértiles de la mujer. Esto es así por diversos factores, como la pérdida de calidad de sus óvulos, el envejecimiento de su cérvix (el cual produce moco para contribuir a la supervivencia de los espermatozoides) y útero, o las alteraciones en su ciclo menstrual.
A partir de los 40 años, se estima que las probabilidades de que se produzca un embarazo natural son inferiores al 5 %. Esto significa que las mujeres que no quieran quedarse embarazadas deberán utilizar métodos anticonceptivos que sean eficaces, mientras que aquellas que busquen ser madres probablemente necesiten recurrir a un tratamiento de fertilidad para lograr su objetivo.
Además, también es relevante saber que los embarazos en la cuarentena suelen conllevar riesgos específicos tanto para la mujer como para el feto. En estos casos, hay más posibilidades de que termine en aborto o parto prematuro, así como de aparición de complicaciones, como preeclampsia, diabetes gestacional, anomalías cromosómicas, nacimiento de bebé con bajo peso, etc.
¿Cuáles son los principales tratamientos para la premenopausia y sus síntomas físicos?
El climaterio, entendido como todo el proceso que rodea a la menopausia, no requiere necesariamente de un tratamiento médico porque es un fenómeno natural. Sin embargo, se puede recurrir a una terapia hormonal sustitutiva para minimizar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la mujer.
En este caso, lo que se busca es aportar estrógenos, a través de medicación oral o en parches, para aliviar molestias habituales como los sofocos, las sudoraciones, las molestias genitourinarias y los cambios que se experimentan tanto en el plano emocional como en la vida sexual. Mientras que en otros aspectos, como en lo que respecta a la sequedad de piel o las molestias mamarias, el tratamiento no suele tener beneficios evidentes.
Además, a largo plazo, con este tratamiento es posible que la paciente vea disminuido el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular y de osteoporosis. No en vano, la pérdida de masa ósea es bastante habitual durante los dos primeros años tras la menopausia, por lo que el especialista médico puede solicitar la realización de una densitometría ósea para determinar si la paciente debe tomar algún medicamento específico para fortalecer sus huesos.
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