Vivir con polimialgia reumática: síntomas y tratamiento

A medida que nuestro organismo envejece, nuestro sistema musculoesquelético se resiente por el paso del tiempo y el desgaste. Y una de las situaciones más comunes entre las personas que ya han alcanzado la tercera edad es vivir con polimialgia reumática, un problema que afecta a las articulaciones de áreas como la cintura escapular, el cuello o la cadera, y que puede disminuir la calidad de la vida de las personas que la sufren.

En este artículo te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre este problema, así que sigue leyendo para descubrir cuáles son sus síntomas, causas y posibles tratamientos.

¿En qué consiste la polimialgia reumática?

En este caso, hablamos de una enfermedad o trastorno de tipo inflamatorio que causa dolor y rigidez muscular de forma generalizada, aunque se localiza principalmente en los hombros y las caderas. Suele afectar a personas mayores de 50 años, especialmente si tienen más de 65,  y sus síntomas tienden a aparecer de forma repentina con un desarrollo rápido. Además, las molestias se hacen más patentes por la mañana, tras despertar.

Según la Sociedad Española de Reumatología, se trata de un problema que en casi uno de cada tres casos (entre el 15 y el 30 %) se asocia con otra enfermedad, la arteritis de células gigantes. En su caso, esta tiene un origen autoinmune y provoca la inflamación de las arterias de los brazos, de la parte superior del cuerpo y del cuello; por lo que se reduce el flujo sanguíneo y el paciente se resiente al notar dolor de cabeza, problemas en la vista, molestias en los maxilares y sensibilidad en el cuero cabelludo.

¿Cuáles son los principales síntomas de la polimialgia reumática?

Esta enfermedad suele manifestarse de forma simétrica en los dos lados del cuerpo y mediante un dolor generalizado y rigidez muscular. Como hemos señalado, los síntomas acostumbran a aparecer de forma rápida, normalmente durante la mañana, aunque también pueden darse por la noche. Para el paciente puede llegar a ser complicado levantar los brazos sobre los hombros, mientras que las manos y las muñecas también pueden ocasionar dolor.

A lo largo del día, la evolución habitual es que las molestias mejoren. Pero la inactividad también se asocia al dolor, especialmente si la persona ha permanecido durante varias horas sin moverse durante un viaje. De esta forma, vivir con polimialgia reumática puede dificultar la realización de tareas cotidianas que impliquen la elevación de los brazos, como peinarse o asearse; así como levantarse de la silla en los casos en los que afecta a la cintura pelviana.

En resumen, sus síntomas más característicos son:

  • Dolor en los hombros, en el cuello, en la parte superior de los brazos, en los codos, en las muñecas, en la cadera, los glúteos y los muslos.
  • Rigidez en las zonas afectadas durante más de una hora, especialmente durante la mañana (tras períodos de reposo).
  • Amplitud de movimiento articular limitada.
  • Dificultad para hacer actividades cotidianas, como levantarse de la silla, peinarse, vestirse o darse la vuelta en la cama.
  • Problemas de sueño.
  • Aparición de fiebre o malestar general.
  • Cansancio.
  • Falta de apetito.
  • Depresión.
  • Pérdida involuntaria de peso.

Causas de la polimialgia reumática

Actualmente, se desconocen las razones por las que se produce la inflamación de las articulaciones que provoca este trastorno. Se cree que el envejecimiento es un factor, ya que es más común en personas de más de 50 años, así como la genética y la exposición ambiental. De hecho, la polimialgia reumática puede presentarse de forma cíclica y estacional, por lo que no se descarta que exista algún tipo de desencadenante ambiental, como un virus.

Junto a ello, hay que tener en cuenta que es un trastorno que también afecta de forma más habitual a las mujeres, porque se estima que estas son dos o tres veces más propensas a sufrirla que los hombres.

Diagnóstico de la polimialgia reumática

Cuando una persona manifiesta la aparición súbita de dolores o rigidez en las articulaciones, y estos problemas afectan a aspectos cotidianos de su vida, es recomendable que acuda a su médico de cabecera o reumatólogo. El especialista atenderá estos síntomas y excluirá otras causas para emitir su diagnóstico, ya que es una enfermedad que puede tener similitudes con otras como artritis reumatoidea, miositis autoinmune, hipotiroidismo, mieloma múltiple o fibromialgia.

En la mayoría de los casos, los pacientes con este problema presentan marcadores de inflamación altos, como en lo que respecta a su tasa de sedimentación eritrocítica (ESR) o de proteína C reactiva (PCR). Y también pueden mostrar niveles anormales de proteínas en la sangre, de glóbulos blancos y de anemia.

Por otro lado, las pruebas por imagen, como las radiografías del hombro de la cadera, no permiten realizar el diagnóstico, ya que únicamente sirven para mostrar daño en las articulaciones que no está relacionado con la enfermedad. Mientras que en casos complejos el ultrasonido o la resonancia magnética del hombro sí pueden servir para mostrar bursitis o la existencia de inflamación articular.

Síntomas de la polimialgia reumática

Tratamiento principal

Para vivir con polimialgia reumática sin padecer sus principales síntomas, el tratamiento recomendado utiliza corticosteroides. Estos se administran en bajas dosis (sin superar los 20 mg diarios) y, a ser posible, en una toma única por las mañanas. En condiciones normales, la medicación mejora los síntomas rápidamente y el paciente percibe que tanto el dolor como la rigidez en sus articulaciones desaparecen.

Así, una vez que los síntomas remiten, el especialista descenderá de forma progresiva la dosis pautada, con el objetivo de equilibrar la cantidad de corticosteroides que sea útil para el control de la enfermedad. De hecho, en algunos casos el paciente puede dejar de tomar el medicamento a los dos años del inicio del tratamiento. Esto puede ser algo importante, porque los corticosteroides suelen causar efectos secundarios en personas mayores, como incremento de la presión arterial y de los niveles de azúcar en sangre, además de debilitamiento de los huesos.

Además, si la polimialgia reumática está acompañada de arteritis de células gigantes, es fundamental tratar las arterias inflamadas de inmediato para evitar que queden dañadas de forma permanente. Principalmente, porque en caso de producirse esta situación, el paciente sufrirá mayor riesgo de padecer ceguera o un accidente cerebrovascular.

Una enfermedad que necesita un seguimiento permanente

En definitiva, el pronóstico de la polimialgia reumatoide es favorable, porque el tratamiento suele ofrecer buenos resultados. Pero, pese a ello, se calcula que 1 de cada 10 pacientes pueden acabar recayendo en un plazo de 10 años desde la finalización del tratamiento del brote inicial. Por lo que es una enfermedad que actualmente se puede controlar, pero no curar.

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