El desarrollo de una metástasis vertebral puede deteriorar significativamente la calidad de vida de los pacientes, principalmente debido al dolor intenso que provoca. Se estima que 7 de cada 10 pacientes con cáncer avanzado la sufren y que, de ellos, el 40 % padecen compresión vertebral. Por lo que es un problema de gran importancia y que requiere de un tratamiento específico.
De hecho, es crucial evitar que los pacientes caigan en la desesperanza tras un diagnóstico de cáncer con metástasis vertebral, especialmente si aún tienen una vida funcional. Por eso, hoy queremos abordar el tratamiento del dolor asociado con las metástasis vertebrales.
Epidemiología de la metástasis vertebral
El diagnóstico temprano y las mejoras en el tratamiento del cáncer han provocado que la incidencia de metástasis vertebrales haya aumentado en los últimos años.
El 80 % de las lesiones metastásicas óseas se originan de cánceres de pulmón, mama, tiroides, próstata y riñón. La mayor parte de las metástasis vertebrales se localizan en la región toracolumbar (70 %), seguidas por el segmento lumbosacro (22 %) y la columna cervical (8 %).
Dolor en las metástasis vertebrales
El dolor se manifiesta en el 90-95 % de los pacientes con metástasis vertebrales. Este dolor es generalmente local, sordo, continuo y no se alivia con cambios de posición o reposo, ni responde bien a los analgésicos. Suele ser evidente a la palpación del arco posterior de la vértebra afectada.
Las causas del dolor incluyen la invasión tumoral que provoca compresión de la médula o raíces nerviosas, o la inestabilidad vertebral tras una fractura patológica. Dependiendo del tipo de invasión, pueden surgir síntomas motores o sensitivos, grados variables de paraparesia, disestesias, disfunción sexual y alteración de esfínteres.
El dolor puede dar comienzo por la existencia de micrometástasis que se desarrollan en la esponjosa del cuerpo vertebral, pero sin manifestarse radiológicamente. Una característica distintiva del dolor por metástasis vertebral es su empeoramiento o falta de mejora con el reposo; los pacientes suelen informar que el dolor aumenta al estar acostados.
Tratamiento del dolor en la metástasis vertebral
Cualquier paciente con cáncer que experimente dolor en la columna vertebral debe ser evaluado para detectar metástasis vertebrales, permitiendo así un tratamiento temprano y gestionado por un equipo multidisciplinario que incluya oncólogos, radiólogos, radioterapeutas y cirujanos de columna.
Se ha demostrado que el diagnóstico y tratamiento precoz mejoran tanto la calidad como la duración de la vida restante de estos pacientes. Aliviar el dolor y preservar o restaurar las funciones neurológicas contribuye enormemente a la calidad de vida y reduce la carga de la atención médica.
El dolor debido al crecimiento tumoral puede ser manejado con analgésicos, corticoides y radioterapia. Sin embargo, cuando el dolor es resultado de compresión neurológica o inestabilidad mecánica debido a la invasión tumoral vertebral, la cirugía puede ser necesaria.
La quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia son eficaces para tratar las metástasis vertebrales, aunque no proporcionan la estabilidad mecánica ni descomprimen la médula o las raíces nerviosas como lo hace la cirugía. Por lo general, las opciones terapéuticas se combinan, y la decisión sobre el tratamiento más adecuado se basa en las características individuales de cada paciente.
Dado que el tratamiento de esta condición es paliativo, en ocasiones puede ser apropiado no ofrecer un tratamiento activo. Las preferencias y deseos del paciente deben ser considerados al decidir su plan de tratamiento.
Órtesis para metástasis vertebrales
Las órtesis se utilizan para mejorar la capacidad funcional del paciente y están recomendadas por tres razones principales: proporcionar soporte abdominal, ayudar a aliviar el dolor y controlar el movimiento y la posición del paciente.
Las órtesis alivian el dolor mediante varios mecanismos: restricción del movimiento intersegmentario exagerado, disminución de la carga vertebral, disminución de la fatiga muscular, aumento de la presión intraabdominal y de la propiocepción.
Cirugía para aliviar el dolor
La cirugía busca prevenir y corregir la deformidad de la columna vertebral estabilizándola, descomprimir estructuras nerviosas y obtener muestras de tejido para diagnóstico si el tumor primario no está identificado.
La cirugía está indicada en casos de:
- Fracaso del tratamiento de radiación.
- Metástasis vertebrales sintomáticas sin un tumor conocido, donde la cirugía descompresiva puede ser diagnóstica (biopsia) y terapéutica.
- Fracturas vertebrales que causen compresión medular e inestabilidad de la columna.
- Progresión rápida a paraplejia.
No se recomienda la cirugía descompresiva en casos con múltiples zonas de compresión medular establecida o en pacientes con mal estado general.
Cuando el tratamiento no se realiza de manera oportuna o no funciona, puede resultar en una compresión parcial o total de la columna con paraplejia irreversible.
Un tratamiento paliativo, pero que puede proporcionar un gran alivio
En resumen: el manejo de las metástasis vertebrales requiere un enfoque integral y multidisciplinario para mejorar la calidad de vida de los pacientes. La identificación temprana y el tratamiento adecuado pueden aliviar significativamente el dolor y preservar la función neurológica.
Las estrategias terapéuticas, que combinan analgésicos, corticoides, radioterapia, quimioterapia y cirugía, deben adaptarse a las necesidades de cada paciente, siempre considerando sus preferencias. Además, las órtesis también contribuyen al alivio del dolor y la mejora funcional.
Aunque el tratamiento es mayormente paliativo, una intervención adecuada puede marcar una gran diferencia en la vida de los pacientes.
Si te ha gustado este artículo, quizá te interesen: