El oído es un órgano complejo que, además de facilitarnos la audición, también nos proporciona el equilibrio necesario para poder realizar nuestra vida diaria con normalidad. Por eso, padecer un problema en él puede llegar a ser particularmente doloroso o molesto e incluso interferir en nuestras actividades cotidianas. Es lo que sucede, por ejemplo, en los casos de diagnóstico de la trompa de Eustaquio patulosa, una condición sobre la que queremos hablarte hoy en Opinión Médica Online.
¿Qué es la trompa de Eustaquio y cuáles son sus funciones?
Se trata de un conducto o tubo que conecta el oído medio con la faringe. Fue descrita por primera vez en el s. XVI por el anatomista y médico italiano Bartolomeo Eustachio. Va desde la parte ósea del hueso temporal a la pared lateral fibrocartilaginosa de la rinofaringe; por lo que en adultos suele medir entre 3 y 5 centímetros.
La trompa de Eustaquio cumple varias funciones fisiológicas, como controlar la presión dentro del oído medio (para que sea igual que la presión de aire en el exterior), permitir la correcta salida de la mucosidad, evitar que entren patógenos en el oído procedentes de la faringe o impedir que los ruidos corporales afecten al tímpano.
Para poder hacerlo correctamente, pasa la mayor parte del tiempo cerrada, ya que se abre únicamente cuando es necesario dejar pasar el aire. Es lo que ocurre, por ejemplo, al realizar actividades como comer (deglución y masticación), estornudar o bostezar.
Disfunciones de la trompa de Eustaquio
Al ser un conducto fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro oído, si la trompa de Eustaquio se obstruye o funciona incorrectamente puede causar diferentes síntomas y problemas. Es lo que se conoce como disfunciones tubáricas, de las cuales hay tres tipos bien diferenciables:
- Disfunción tubárica obstructiva: se asocia a un fallo en la apertura normal de la trompa de Eustaquio, provocando también una alteración secundaria en la ventilación del oído medio. Entre sus síntomas están los acúfenos, sensación de taponamiento, hipoacusia fluctuante, imposibilidad de equilibrar las presiones, autofonía y dolor de oído (otalgia).
- Disfunción tubárica baroinducida: tiene lugar si la trompa no se abre correctamente por cambios agudos en la presión atmosférica. Por lo tanto, es común cuando se realiza un viaje que comporta cambios bruscos de altitud, como un vuelo.
- Disfunción tubárica patulosa: es la correspondiente a la mencionada trompa de Eustaquio patulosa. En este caso, este conducto permanece abierto de forma anómala, provocando síntomas como autofonía, aerofonía (oír la propia respiración) y sensación de plenitud ótica (oído tapado)
¿Por qué se produce la trompa de Eustaquio patulosa?
Este problema fue descrito por primera vez en 1864 y actualmente se estima que tiene una incidencia que oscila entre el 0,3 y el 6,6 % en la población general, provocando que entre el 10 y el 20 % de las personas que lo sufren presenten síntomas persistentes. Además, es propio de adolescentes y adultos, ya que no acostumbra a presentarse en niños, siendo también más habitual en mujeres.
La trompa de Eustaquio patulosa suele estar causada por una pérdida del tejido circundante en la zona cartilaginosa de este conducto, algo que puede producirse como consecuencia de pérdida peso (principalmente, por enfermedades crónicas), por el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y estrogenoterapia. Aunque también se asocia a otras situaciones, como cambios hormonales, deshidratación, desórdenes neurológicos y a secuelas de una intervención quirúrgica.
Diagnóstico de la trompa de Eustaquio patulosa
Si se produce alguno de los síntomas mencionados y el otorrino tiene la sospecha de que se debe a un mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio y, por tanto, a una inadecuada ventilación del oído medio, realizará un estudio del paciente basado en su historia clínica y en el examen físico.
En el caso del examen físico, se puede realizar una otoscopia o endoscopia nasal para tratar de visualizar la trompa de Eustaquio y detectar posibles disfunciones, así como pruebas audiométricas, entre las que se encuentran la timpanometría y la audiometría.
De igual forma, también se pueden llevar a cabo pruebas tubarias, para evaluar su funcionamiento mediante cambios de presión que se aplican en el canal auditivo externo. Así como estudios de imágenes para lograr una visión más detallada del interior del oído, mediante resonancia magnética o tomografía computerizada.
Tratamiento de la trompa de Eustaquio patulosa
En caso de ser diagnosticado este problema, el especialista determinará el tratamiento más adecuado según la intensidad de los síntomas y la posibilidad de revertir la causa que lo produce. El objetivo será restablecer la función valvular del segmento cartilaginoso de la trompa de Eustaquio a través del abultamiento o tumefacción de la mucosa del orificio faríngeo de la tuba auditiva.
Para ello hay varias formas:
- Tratamiento conservador: mediante la ingesta de líquidos para mantener la humedad de las membranas mucosas, el uso de aerosoles nasales para reducir la permeabilidad de la trompa de Eustaquio patulosa o incluso la realización de ajustes posturales para cerrar temporalmente este tubo (recostándose o inclinando la cabeza).
- Intervención médica no quirúrgica: incluye la ingesta de ciertos medicamentos, como anticolinérgicos y descongestionantes nasales para que actúen sobre los tejidos circundantes a nivel tubario. Y, en los casos en que los cambios hormonales estén detrás de la trompa de Eustaquio patulosa, también se puede aplicar una terapia hormonal.
- Tratamientos quirúrgicos: es posible realizar el taponamiento de la trompa de Eustaquio mediante de un pequeño tapón, la inserción de pequeños tubos en el tímpano para equilibrar la presión en el oído medio o la realización de la tuboplastia de la trompa de Eustaquio mediante láser, lo que permitirá tensarla.
Un problema típico de la disfunción tubárica
En definitiva, la trompa de Eustaquio patulosa es una patología que suele estar relacionada con la autofonía (con la sensación de escucharnos a nosotros mismos de forma amplificada o resonada). Normalmente acostumbra a presentarse a través de molestias leves, por lo que en estos casos lo recomendable es aplicar un tratamiento conservador. Pero si el problema afecta de forma a la calidad de vida del paciente, será necesario realizar un manejo intervencional, especialmente de carácter quirúrgico para reparar el defecto anatómico que causa el incorrecto funcionamiento de la tuba auditiva.
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