La criptorquidia literalmente significa testículo oculto y se refiere a un testículo no descendido o mal descendido. Es una de las patologías más demandadas en la especialidad de Cirugía Pediátrica.
El diagnóstico de la criptorquidia se realiza por la palpación de una bolsa escrotal vacía y por la localización del testículo en la zona abdominal o en el canal inguinal. Este examen se realiza en el momento del nacimiento o en alguna revisión de rutina del bebé.
La criptorquidia es un trastorno bastante frecuente en bebés prematuros (20% de los niños de entre 2 a 2,5 Kg. y 100% de los niños de menos de 900 g. de peso al nacer) y se encuentra en menos de uno de cada 100 niños mayores de 1 año.
En la mayor parte de las ocasiones los testículos no descendidos suelen bajar espontáneamente durante el primer año de vida. A partir del año de edad ya no suelen descender de forma espontánea. En este caso debe valorarse su descenso forzado ya que el pronóstico del testículo mejora si el tratamiento se realiza a edades tempranas.
La criptorquidia no produce ningún síntoma salvo el hecho de que el testículo no se puede encontrar en el interior del escroto, lo que se denomina escroto vacío.
La corrección quirúrgica del testículo criptorquídico se denomina orquidopexia. Se suele realizar en el segundo año de vida, de forma ambulatoria, con anestesia general y su duración es de unos 45 minutos. Deja una pequeña cicatriz y no es una operación complicada, aunque sí delicada, porque los vasos sanguíneos son muy delgados en niños tan pequeños.