Unas de las patologías más consultadas por los pacientes dentro de la especialidad de Medicina Familiar es la tos.
La tos es un reflejo que mantiene despejada la garganta y las vías respiratorias. Aunque puede ser molesta, la tos ayuda al cuerpo a curarse o protegerse.
Existen múltiples causas por las que aparece la tos. A la hora de establecer las causas, se debe tener en cuenta algunas características:
- La tos por inflamación: Es propio de enfermedades como el resfriado común, la gripe, el asma, neumonía, bronquitis, cáncer de pulmón o fibrosis entre otras.
- La tos por estímulos ambientales como el polvo o los ácaros. En muchas ocasiones, este tipo de tos es el síntoma de una alergia permanente o estacional o por la exposición a zonas con mucha contaminación.
- Los cambios bruscos de temperatura también pueden provocar la aparición de la tos así como factores emocionales causados por la ansiedad, el nerviosismo o por tics.
- El tabaquismo (incluido el tabaquismo pasivo) y el consumo de drogas favorecen la aparición de la tos, que puede convertirse en crónica.
Si la tos es una tos leve y puntual, una infusión, caramelos de miel o hierbas, la ingesta de líquidos o el efecto de los humificadores o vapor, pueden aliviar la incomodidad. También tener la cabeza más alta por la noche para evitar la acumulación de mucosidad sin expectorar.
Sin embargo, si la tos es persistente o va acompañada de otros síntomas como fiebre o tos productiva, puede ser oportuno acudir a la consulta del médico, que recetará el medicamento adecuado como expectorantes, antitusivos, mucolíticos o antibióticos.