Algunas de las patologías más consultadas por los pacientes dentro de la especialidad de Nefrología es la nefropatía hipertensiva o isquémica.
La nefropatía hipertensiva se refiere a un trastorno dañino del riñón causado por una elevación de la presión arterial persistente.
Como resultado de esta hipertensión arterial, se acumulan en los riñones un material hialino que hace que sus paredes se vuelvan más gruesas.
Los factores de riesgo de esta patología son: edad avanzada, hipertensión entre moderada y grave mal controlada y otros trastornos renales (por ejemplo, la nefropatía diabética).
El tratamiento por lo general consiste en el control estricto de la presión arterial. La mayoría de las personas deben tomar una combinación de medicamentos.
La pérdida de peso, el ejercicio y la restricción de la ingesta de agua y sal también ayudan a controlar la presión arterial. La enfermedad renal crónica se debe controlar mediante la restricción de la ingesta de líquidos y sal y en algunas ocasiones mediante diálisis.
El pronóstico depende por lo general de lo bien que se controle la presión arterial y del grado de daño renal.