La hipercolesterolemia es el aumento del nivel o cantidad de colesterol en sangre.
Un colesterol alto predispone al desarrollo de enfermedades cardiovasculares por depósito de placas de ateroma en las arterias (aterosclerosis) como el infarto de corazón, el ictus o la irrigación sanguínea deficiente de las extremidades.
El colesterol es un tipo de grasa que, a lo largo de la vida, se va acumulando y se deposita en las arterias. Se considera que el valor ‘ideal’ de colesterol en sangre debería ser inferior a 200 mg/dl, y en general, se habla de hipercolesterolemia cuando los niveles de colesterol superan los 240-250 mg/dl.
La probabilidad de tener colesterol alto es mayor si existen antecedentes familiares de cardiopatías coronarias, accidentes cerebro-vasculares u otras enfermedades relacionadas con el colesterol. Además, la edad o una menopausia temprana en la mujer también predisponen a padecer estos problemas.
Una alimentación poco saludable y con alto contenido en grasas saturadas, así como la falta de ejercicio físico son los principales factores de riesgo a la hora de predisponer a una persona a sufrir hipercolesterolemia. Unos hábitos saludables, fundamentalmente relacionados con una alimentación sana y variada, son indispensables para mantener unos niveles de colesterol adecuados.
La forma más frecuente y sencilla de detectar niveles de colesterol fuera de lo normal es mediante un análisis de sangre.