La vasculitis es un conjunto de enfermedades en el que la característica principal es la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas). Se produce cuando el sistema inmune ataca a los vasos sanguíneos por equivocación, ya sea por una infección, por un medicamento o por cualquier otra enfermedad. Como consecuencia de esa inflamación se produce una disminución del flujo vascular o incluso una interrupción completa del mismo.
La vasculitis es una patología muy demandada dentro de la especialidad médica de Inmunología.
Los síntomas generales de esta enfermedad inflamatoria suelen ser fiebre, cansancio, pérdida de peso o la afección del estado general como consecuencia de la disminución del flujo sanguíneo que se traduce en isquemia o infarto visceral por oclusión de los vasos sanguíneos.
Además, la vasculitis puede ser parte de otras enfermedades reumáticas como lupus eritrematoso sistémico, artritis reumatoide y síndrome de Sjörgen. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con vasculitis no padece patologías reumáticas.
El tratamiento de la vasculitis suele basarse, principalmente, con glucocorticoides, también denominados esteroides. Son medicamentos que ayudan a reducir la inflamación pero pueden tener efectos secundarios. A veces también se recomiendan tratamientos inmunodepresores, al ser menos graves los efectos secundarios.