Algunas de las consultas más realizadas por los pacientes dentro de la especialidad de Radiodiagnóstico se hacen acerca de las gammagrafías.
Una gammagrafía consiste en la inyección de un marcador radioactivo, también llamado trazador, que tiende a fijarse en un determinado lugar de nuestro cuerpo. En función de si el marcador radioactivo es o no captado en una determinada zona y según cómo sea esa captación, se detectará o no una determinada enfermedad.
En general se inyecta un compuesto que va marcado radiactivamente. El paciente es colocado debajo de una máquina que detecta las radiaciones emitidas por dicho marcador y es capaz de sacar una imagen de la zona de estudio.
La parte radiactiva es muy pequeña. La mayoría de gammagrafías irradian menos que un TAC o escáner (conjunto de radiografías para ver un órgano).
Existen múltiples tipos de gammagrafías:
- Gammagrafía pulmonar. Se realiza para valorar la presencia de un tromboembolismo pulmonar.
- Gammagrafía cardiaca. Permite evaluar si existe falta de riego a una determinada zona del corazón y la capacidad de funcionamiento del corazón.
- Gammagrafía renal. Permite observar el funcionamiento de los riñones.
- Gammagrafía hepática. Permite ver si hay alguna zona anormal en el hígado.
- Gammagrafía cerebral. Permite estudiar una parte de la actividad del cerebro.
- Gammagrafía ósea. Demuestra si existe afectación infecciosa o tumoral de los huesos y de las articulaciones.
- Gammagrafía con galio. Permite ver si existe algún foco inflamatorio, infeccioso o tumoral en alguna parte de nuestro cuerpo, como ganglios.
- Gammagrafía tiroidea. Permite ver el tamaño y el funcionamiento del tiroides.