Algunas de las consultas más realizadas por los pacientes dentro de la especialidad de Urología se hacen acerca de los cálculos renales.
Un cálculo renal, también conocido como piedra en el riñón o litiasis renal, es una masa sólida que se forma en este órgano del cuerpo cuando las partículas -minerales o sales ácidas- que nuestra orina contiene y que habitualmente van disueltas se cristalizan.
Sus dimensiones pueden ser milimétricas, desde las conocidas popularmente como “arenillas” hasta alcanzar varios centímetros. Suelen mostrar un color marrón o amarillento, de contornos más o menos lisos y regulares, o también ser irregulares. Puede existir uno o varios cálculos renales al mismo tiempo.
Pueden permanecer en los riñones o viajar a través de los uréteres para ser expulsados a través de la orina. Cuando la piedra se mueve a través de los uréteres y fuera de la uretra con la orina, se llama pasar un cálculo renal (piedra en el riñón). Una piedra también puede quedar atrapada en tu tracto urinario y puede bloquear a que pase la orina, lo que es muy doloroso.
Si los cálculos son pequeños o no llegan a bloquear el flujo de la orina, pueden no producir síntomas.
Si tienes una piedra en los riñones más grande, éstos pueden ser los síntomas:
- Dolor al orinar
- Sangre en la orina
- Dolor agudo en tu espalda o el abdomen bajo
- Náuseas y vómitos
La mejor manera de prevenir la mayoría de las piedras en los riñones es beber suficiente líquido cada día.
Si los medicamentos no funcionan y los síntomas persisten, se precisa un tratamiento activo para la retirada de la piedra de la vía urinaria y permitir el adecuado flujo de orina, ya que el cálculo renal puede causar infección renal y daño permanente del órgano o complicaciones muy graves. A este tipo de tratamientos pertenecen los que consisten en fragmentar la piedra en trocitos muy pequeños o directamente atraparla entera a través del uréter.
Para piedras de gran tamaño y/o de difícil acceso no abordables por las técnicas anteriores, se requiere cirugía.
