Hola. Entre los 18 meses y los tres años es normal que los niños vivan la etapa de las rabietas, es la forma que tienen de manifestar su enojo desde la inmadurez. Es importante mantener una actitud tranquila e INDIFERENTE por nuestra parte ante la rabieta del niño. El niño debe tener muy claro que, con su rabieta, no consigue ganar la atención. Al contrario, obtiene indiferencia y la indiferencia sirve para extinguir la rabieta. Cuando la rabieta es excesiva, puede ser útil el aislamiento temporal: dejar al niño solo en una habitación, donde no tenga distracciones, durante unos 5 o 10 minutos, advirtiéndole que si sigue en esta actitud, el tiempo puede prolongarse. No se debe razonar con el niño, hay que dejar que el niño recupere el control y después de la rabieta, se recomienda adoptar una actitud amistosa y de normalizar las cosas. Las rabietas son una etapa pasajera y con el tiempo lo habitual es que se vayan mitigando y espaciando cada vez más. Paciencia y calma. Un saludo

Hola. Ante un paciente agitado, lo primero que debe descartarse es que sufra un problema orgánico no psiquiátrico. Por ello, siempre es necesaria una evaluación por su médico para realizar una exploración general y neurológica, pues entre las enfermedades causantes de cuadros de agitación se encuentran la encefalitis, tumores, epilepsia... Son signos de alarma por los que debe consultar con más urgencia en caso de alteración del nivel de conciencia, confusión mental, si habla de manera incoherente, empeoramiento nocturno, movimientos repetitivos, alucinaciones visuales...Una vez descartado el origen orgánico hay que realizar una historia clínica para descartar trastornos psiquiátricos: saber si ha presentado conductas agresivas, consumo de tóxicos, conductas previas, a quién va dirigida la violencia, factores precipitantes, alteración del ánimo..La sedación farmacológica con fármacos de la familia de las benzodiacepinas puede ser de ayuda para manejar la agitación siempre bajo supervisión de su médico. Un saludo. Dra. Martín Bahamontes