La citología cervicovaginal (también llamada test de Papanicolau) es un estudio de las células del cuello del útero. Las muestras se obtienen mediante el raspado leve de la pared del cuello del útero. La finalidad de esta prueba es comprobar en el posterior estudio patológico si hay algún cambio o anomalía en las células del cuello uterino que puedan ser indicativas de la presencia de cáncer.
La citología no implica ningún riesgo serio para la paciente. Es un procedimiento sencillo donde la mujer se sienta en el sillón con los apoyos para los pies. El médico procede a abrir el canal con un tipo de fórceps o espéculo, donde puede explorar el cuello uterino de la paciente. Posteriormente, se introduce una espátula o cepillo y se recogen las muestras de los fluidos de la pared vaginal. A mayores, el ginecólogo extrae material para analizar de la zona del exocérvix o parte externa del cuello del útero.
Es aconsejable que la prueba se realice 4 o 5 días después de la menstruación. También se recomienda evitar las relaciones sexuales al menos 48 horas antes. En ambos casos se pueden producir alteraciones en los fluidos que arrojen resultados inválidos. Otro consejo médico es evitar tratamientos de óvulos, cremas o espermicidas en los 5-7 días anteriores a la citología ni realizar lavado interno el día de la cita.