El aumento de mamas, también conocido como mamoplastia de aumento, es una técnica quirúrgica encaminada a lograr un aumento de volumen mamario a través de materiales aloplásticos, prótesis o implantes de silicona. Esta operación es una de las más demandadas por los pacientes dentro de la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.
Para algunas mujeres, el aumento de mamas es una cirugía cosmética de elección, ya que es una manera de mejorar su confianza al mejorar su aspecto físico, pero otras veces ayuda a corregir asimetrías mamarias importantes o a reconstruir el pecho tras un tumor de mama.
Dado que las mamas crecen hasta el final de la pubertad, se recomienda esperar hasta el final de la misma para realizar la intervención. La duración promedio de un implante es de aproximadamente 10 años.
Normalmente, el cirujano posicionará el implante debajo del seno, generalmente bajo el músculo pectoral. El implante puede ponerse a través de cuatro vías que dejan distintas cicatrices: la submamaria, a nivel del surco inferior del seno, periareolar, alrededor del borde inferior entre la areola, axilar, en uno de los pliegues de la axila y umbilical, que se emplea para prótesis de solución salina.
Cuando se coloca una prótesis de mama, el cuerpo reacciona envolviéndola con una fina lámina que la aísla y que se denomina cápsula periprotésica. En algunos casos (alrededor del 2%) la cápsula se hace muy gruesa, comprimiendo las prótesis. Es lo que se llama contractura capsular y que si no mejora con medicación puede obligar a una reintervención.
Las mamas operadas pueden doler las dos primeras semanas. Se suele prescribir un antibiótico, un analgésico, un antiinflamatorio y un protector del estómago. El vendaje se retira al día siguiente de la intervención y se sustituye por un sujetador especial que se debe llevar durante un mes las 24 horas del día y que solo se retira para la ducha diaria.
