Algunas de las consultas más comunes realizadas por los pacientes dentro de la especialidad de Ginecología y Obstetricia versan sobre las enfermedades del embarazo.
Algunas molestias, como náuseas, dolor de espalda y fatiga, son comunes durante el embarazo.
Pero existen una serie de enfermedades, que se pueden desarrollar durante el embarazo, complicando la gestación, pero que habitualmente desaparecen después del parto. Además, son controlables cuando se realiza un diagnóstico precoz.
La más frecuente es la diabetes gestacional, que afecta a entre un 6 y un 10% de los embarazos. Se detecta a través de un análisis de sangre.
El hipotiroidismo gestacional es una de las patologías que en los últimos años se está diagnosticando casi con la misma frecuencia que la Diabetes Gestacional, en un 5% de los casos. Es perfectamente controlable y su diagnóstico es muy sencillo, a través de una analítica sanguínea.
Por otro lado, el embarazo incrementa las necesidades de hierro, puesto que deben cubrirse las necesidades de la madre y del bebé. Un déficit de hierro dará lugar a la anemia ferropénica.
En muy contadas ocasiones, entre un 2-3 % de las gestaciones, se puede desarrollar una preeclampsia, dolencia que requiere controles rigurosos.
Las enfermedades infecciosas son poco frecuentes durante el embarazo.
Las más conocida y prevenible es la toxoplasmosis, producida por un parásito llamado toxoplasma gondii y adquirida por la ingestión de productos cárnicos crudos o poco cocinados.
Menos conocida pero también prevenible es la listeriosis, producida por una bacteria (Lysteria Monocytogenes) y transmitida a través de productos lácteos no pasteurizados contaminados.
El EGB (Estreptococo del grupo B) es una infección frecuente que puede transmitirse al bebé en el momento del parto. La provoca una bacteria que habita en la vagina y en el recto. Para saber si se es portadora, se realiza un cultivo vagino-anal alrededor de las 35 semanas de gestación. En caso de ser así, se administra a la madre antibióticos el día del parto para evitar que el bebé se contagie.