La dermatitis periorificial o perioral es una dermatitis que se caracteriza por presentar lesiones que se ubican alrededor de los orificios de la cara: ojos, nariz y boca.
Su aparición se relaciona con el uso de corticoesteroides potentes tópicos (cremas o pomadas). Generalmente se empieza el uso de este tipo de medicamento para aliviar algún tipo de lesión menor que aparezca en la cara. Con este tipo de cremas la lesión mejora inicialmente, pero al suspenderlas el brote se presenta con mayor intensidad. De este modo, el paciente tiende a volver a aplicar la crema lo que a su vez empeorará más la situación, cayendo en un círculo vicioso.
Asimismo, también puede aparecer por el uso continuado de mascarilla.
El continuo roce de la mascarilla, el material y el microclima que se genera en el interior pueden desencadenar los brotes, ya que se alterará la función barrera por estos factores. Para evitarlo hay que llevar el rostro bien limpio, cambiar la mascarilla frecuentemente y mantener la función barrera en perfecto estado.
La dermatitis periorificial por lo general es un trastorno autolimitado que evoluciona durante unas pocas semanas y se resuelve en meses o raramente en años. El primer tratamiento recomendado es retirar los corticoides tópicos si se han venido usando y entender la importancia de la vinculación del uso de estos medicamentos con la aparición de la dermatitis. En la mayor parte de los casos se necesita el uso de antibióticos sistémicos por 8-10 semanas con disminución progresiva de la dosis de los mismos, asociados a uso de antibióticos tópicos para lo cual se debe consultar al dermatólogo.
A pesar de que en algunas ocasiones se confunde con el acné, se diferencia de éste por una sensación de quemazón y la ausencia de puntos negros. Además cuenta con una característica propia que es la aparición de una franja de piel sana entre los labios y las lesiones.